viernes, 4 de septiembre de 2015

La historia en 52 citas (II)

Prosigue la segunda parte de estas 52 citas sobre la historia que voy a utilizar como actividad introductoria a la materia para algunas clases este curso. Su finalidad es fomentar la reflexión de los alumnos y que hagan un esfuerzo de interpretación y explicación de las mismas, para que puedan apreciar la riqueza de la historia y su complejidad.

27. La humanidad es tan similar en todo tiempo y lugar que el principal uso de la historia es descubrir los constantes y universales principios de la naturaleza humana. (David Hume).

28. El pasado nunca muere, ni siquiera es pasado. (William Faulkner).

29. El historiador debe ser el más humilde de los hombres, afronta una docena de veces al día la evidencia de su propia ignorancia; está perpetuamente confrontando su propia incapacidad para interpretar su material correctamente. (C. V. Wedgwood).

30. Sin pasión podría no haber errores, pero sin pasión con toda certeza no habría historia. (C. V. Wedgwood).

31. Pienso que es necesario estudiar historia, incluso estudiarla profundamente, para obtener un entendimiento claro de nuestro propio tiempo. (Paul Valery).

32. Lo que el hombre es, solo la historia lo dice. (W. Dilthey).

33. En un cierto sentido, todas las personas son historiadores. (T. Carlyle).

34. Después de la recolección de datos, la búsqueda de causas. (H. Taine).

35. Escribir historia es un perpetuo ejercicio de buen juicio. (C. Strout).

36. La historia es la única ciencia que tiene la ambigua fortuna de que se le requiera ser un arte al mismo tiempo. (Droyson).

37. El valor de la historia es que nos enseña lo que el hombre ha hecho, y por tanto, lo que el hombre es. (R. G. Collingwood).

38. La historia es un medio de acceso a nosotros mismos. (Lynn White Jr).

39. Estudiamos historia para intervenir en el curso de la historia. (A. von Harnack).

40. Al analizar la historia no hay que ser demasiado profundo, porque frecuentemente las causas son bastante superficiales. (R. W. Emerson).

41. La historia está llena de deliciosos contrasentidos, donde lo opuesto de lo que uno ha predicho se hace realidad. (E. Carpenter).

42. En la historia no hay verdaderos comienzos. (W. Sylvester).

43. La historia no es historia sino es verdad. (Abraham Lincoln).

44. Nada permanece sino el cambio. (Heráclito).

45. Historiador, descubre la verdad y publícala. (Angie Debo).

46. Una historia honesta es el arma de la libertad. (A. M. Schlesinger).

47. Cuando el pasado no ilumina el futuro, el espíritu camina en la oscuridad. (Tocqueville).

48. La vida debe vivirse hacia adelante, pero solo puede ser entendida hacia atrás. (Kierkegaard).

49. La historia no trata realmente sobre el pasado; trata sobre definir el presente y quienes somos. (Ken Burns).

50. Un historiador tiene muchos deberes. Dos de los más importantes son no calumniar y no aburrir. (Voltaire).

51. Permanecer ignorante del pasado es continuar siendo un niño. (Cicerón).


52. La historia es, ciertamente, una argumentación sin fin. (A. M. Schlesinger).

lunes, 20 de julio de 2015

La historia en 52 citas (I)



En esta entrada voy a mostrar una actividad que utilizo en mi práctica docente y que tiene como objetivo que los alumnos se planteen:

¿Qué es la Historia y porqué es importante conocerla?

 Una buena forma de hacerlo me parece a través de citas sobre la Historia recopiladas de historiadores, literatos, artistas, filósofos e intelectuales en general. Estas frases concisas pero que abordan temas amplios y encierran valiosas reflexiones entran en la categoría de los exempla, y fueron muy utilizadas por los educadores de la Antigüedad.

En este caso, la temática de todas ellas sirve para plantear que independientemente de sus contenidos, la historia es siempre maestra de la vida. Como es lógico, los contenidos aumentan con el paso del tiempo, unos suceden y sustituyen a otros: Cicerón estudiaba el pasado de la Roma republicana, pero no conoció el Imperio; los eruditos medievales conocieron el final del Imperio romano, pero ignoraban el descubrimiento de América que estudiaron los autores del Renacimiento; algunos ilustrados conocieron la Revolución Francesa, pero no podían anticipar que en el siglo XX se producirían dos guerras mundiales… En fin, solo el tiempo definirá la historia que conocerán las generaciones venideras, qué hechos presenciarán, cómo cambiará el mundo en los próximos años, décadas y siglos.

Pero sea lo que sea lo que depare el paso del tiempo, la utilidad de la historia es la misma hoy que hace 2000 años, y que en cualquier momento futuro: los contenidos cambian, pero no lo hace la esencia de la disciplina, el contexto del que nos dota, las preguntas y reflexiones a las que nos invita, la mejora de nuestro autoconocimiento. Por ello Tucídides la consideraba una adquisición para siempre, y los grandes autores romanos y renacentistas una materia básica en la educación intelectual y ética de los ciudadanos. Las ciencias sociales nos proporcionan criterio, sin ellas no entendemos completamente nuestras propias vidas, nos ofrecen ejemplos de conducta, nos plantean dilemas morales, nos enriquecen con el arte y la literatura, definen nuestra filosofía de vida y mentalidad. En suma, la finalidad del ejercicio es mostrar la riqueza de posibilidades que ofrece la Historia. Para ello he seleccionado 52 citas (una para cada semana del año). 

Aquí van las primeras 26:


1. La historia lo enseña todo, incluyendo el futuro. (A. de Lamartine).

2. La historia es una ciencia, nada más y nada menos. (J. B. Bury).

3. La más alta utilidad de la historia es no dejar ninguna acción valiosa sin conmemorar, y establecer la reprobación de la posteridad para amedrentar a los hechos malvados. (Tácito).

4. Cualquier necio puede hacer historia, pero hace falta un genio para escribirla. (O. Wilde).

5. El conocimiento del pasado es una clave para entender el presente. (K. Stampp).

6. La historia es filosofía que enseña con el ejemplo y con la advertencia. (Lord Bolingbroke).

7. Si quieres entender algo, observa su inicio y su desarrollo. (Aristóteles).

8. Quienquiera que desee predecir el futuro tiene que consultar el pasado porque los hechos humanos siempre se asemejan a los de tiempos anteriores. Esto sucede porque son producidos por hombres que siempre han sido y serán animados por las mismas pasiones. (Maquiavelo).

9. La historia no puede darnos un programa para el futuro, pero puede darnos un entendimiento más completo de nosotros mismos y de nuestra humanidad común, para que podamos afrontar mejor el futuro. (R. Warren).

10. La historia siempre se escribe mal, y por eso siempre necesita ser reescrita. (G. Santayana).

11. La historia no es la acumulación de sucesos de cualquier tipo que ocurrieron en el pasado: es la ciencia de las sociedades humanas. (Fustel de Coulanges).

12. La historia es una disciplina que permite gran cantidad de enfoques. (Ibn Khalduin).

13. Muy profundo, muy profundo es el pozo del pasado. ¿No deberíamos llamarlo insondable? (Thomas Mann).

14. Nada falsifica más la historia que la lógica. (Guizot).

15. No hay historia, solo historias. (Karl Popper).

16. El conocimiento del pasado es la más segura y fiable emancipación. (Lord Acton).

17. El hombre no tiene naturaleza; lo que tiene….es historia. (Ortega).

18. La historia no es una ciencia, es un método. (Seignobos).

19. La historia es la autoconciencia de la humanidad. (Droyson).

20. La historia en nuestra clase de sociedad no es un lujo sino una necesidad. (P. Hazard).

21. La historia es la más difícil de las ciencias. (F. de Coulanges).

22. Aprendemos de la historia que nunca aprendemos nada de la historia. (Hegel).

23. Los historiadores se dividen en tres categorías: los que mienten, los que están equivocados, y los que no saben. (Anónimo)

24. El propósito supremo de la historia es un mundo mejor. (Hoover.)

25. La vida no es simple, y por tanto la historia, que es vida pasada, no es simple. (D. Shannon).

26. La historia es un proceso hacia una mejor comprensión. (Marc Bloch).

miércoles, 17 de junio de 2015

Una pausa para el estudio

Ha pasado un mes desde la última entrada, lo que no significa que el blog esté abandonado o que vaya a dejar de actualizarlo. Simplemente, no he tenido tiempo de introducir nuevos contenidos porque estoy centrado  en estudiar para las oposiciones de secundaria.
Estas semanas de estudio me han servido para profundizar en algunos temas de historia, arte y geografía, al tiempo que me han provisto de nuevas ideas para trabajar y compartir en el blog.
Espero poder retomar pronto la actividad bloguera. 
Hasta entonces, un saludo.

miércoles, 13 de mayo de 2015

Los trabajos y los días

Un invierno hace ya unos cuantos años, en Pradillo, estuve leyendo Los trabajos y los días. No sé muy bien cuál puede ser la razón, pero todavía recuerdo muchos detalles sobre aquella lectura: la cocina de casa de mis abuelos calentada con leña, el libro rojo sobre el hule de la mesa redonda, repitiendo mentalmente cada frase de la obra que llamaba mi atención.

Es por ello que guardo un cariño especial por este pequeño libro y por lo que diez o doce años después he vuelto a leerlo. Es un escrito breve, en el que Hesíodo, un poeta griego que vivió hace veintisiete siglos, pinta una bella descripción de los quehaceres de los campesinos de su tiempo. Junto a una información muy valiosa sobre los usos y costumbres de la época, Los trabajos y los días ofrecen al lector contemporáneo algunas reflexiones de naturaleza moral y otras que muestran el sentido común de un hombre de campo bien instruido.

Quizá por eso la figura de Hesíodo me parece tan atractiva, pues dista mucho de ser un intelectual típico. Su vida en la naturaleza es ejemplo de la sabiduría del ámbito rural, cuyas riquísimas tradiciones culturales han sido decisivas en el devenir histórico.

Estas son algunas de sus frases:

De la maldad puedes coger fácilmente cuanto quieras; llano es su camino y vive muy cerca. De la virtud, en cambio (…) largo y empinado es el sendero hacia ella.

El hambre siempre acompaña al holgazán.

No te hagas rico por malos medios.

Aprecia al amigo y acude a quien acuda a ti.

La confianza y la desconfianza pierden a los hombres.

No siempre será verano; procuraos cabañas.

El alba que, al despuntar, pone en camino a muchos hombres y el yugo a muchos bueyes.

Reconoce el valor de la nave pequeña, pero coloca tus fardos en una grande.

Guarda las proporciones; la medida en todo es lo mejor.

La mala reputación es ligera y muy fácil de levantar, pero dura de soportar, y es casi imposible quitársela de encima.

Nunca tu pensamiento desmienta tu cara.

El hombre ruin se busca un amigo diferente en cada ocasión.

El mejor tesoro en los hombres, una lengua parca (…) Si hablas mal, pronto oirás tú peor.


jueves, 23 de abril de 2015

El giro humanista

Tras un tiempo en que los estudios y otras ocupaciones me han hecho descuidar el blog, presento una entrada que va a dedicarse a un libro que he leído recientemente. Su autor es Stephen Greenblatt y se titula: El Giro. De cómo un manuscrito olvidado contribuyó a crear el mundo moderno. Barcelona, Crítica, 2012. 

Esta obra explica la influencia de las doctrinas filosóficas epicúreas de Lucrecio en el Renacimiento y la Edad Moderna a partir de 1417 cuando el humanista florentino Poggio Braciolini (descubridor también de Quintiliano y Vitrubio), encontró un manuscrito del De rerum natura, obra perdida desde la Antigüedad. Todo ello forma parte en un marco mucho mayor, el de la enorme influencia de la cultura grecolatina en Occidente, que al parecer de Greenblatt tuvo una fundamental importancia para la creación de nuestro mundo moderno. Todo ello parte de  la nueva actitud hacia los clásicos de los humanistas, que los usaron para transformar la sociedad de su tiempo.

Este hecho lo expresa a la perfección una carta de Francesco Barbaro a Poggio, reconociendo la inmensa utilidad de los redescubiertos autores clásicos: … “¡A cuántos hombres ilustres y sabios, muertos para la eternidad has revivido, gracias a cuyo ingenio, a cuyas doctrinas no solo nosotros podremos vivir noble y honrosamente, sino también nuestros descendientes!”.

En el caso de Lucrecio, el descubrimiento de su obra supuso un renacer del epicureísmo, que había sido difamado y enterrado por la Iglesia por ideas como la indiferencia hacia los dioses, que ni los seres humanos ni La Tierra son el centro del universo, que el alma muere y no existe el más allá, que las religiones son ilusiones de la superstición, etc. Para Lucrecio, Epicuro era un mesías que había librado a la humanidad de su miseria al proclamar que el fin supremo de la vida es la potenciación del placer y la reducción del dolor.

Lo cierto es algunas doctrinas del epicureísmo  contribuyeron a trasformar el mundo moderno y fueron muy influyentes en autores como Tomás Moro, Moliere, Montaigne,  Giordano Bruno y otros intelectuales, llevando a actitudes de rechazo de la omnipotencia de la providencia divina, el atomismo, el desarrollo de una visión filosófica de la vida, el escepticismo, materialismo y racionalismo, la supremacía de la ciencia sobre la fe, etc.

El propio Thomas Jefferson fue un gran admirador de Lucrecio y su afortunada fórmula de “la búsqueda de la felicidad individual” de la declaración de Independencia de los Estados Unidos es un eco del epicureísmo. De hecho, al ser cuestionado sobre su filosofía de vida, Jefferson escribió. “Yo, soy un epicúreo”.

En suma, la obra de Greenblatt realiza un elogio del humanismo de la cultura clásica y renacentista: de sus ambiciones intelectuales, de su sed de conocimiento, de su curiosidad por el mundo natural y por la ética, por la búsqueda de respuestas a los interrogantes de la vida al margen de una divinidad. Como escribió Flaubert, “Hubo un momento de la historia, entre Cicerón y Marco Aurelio, en el que los antiguos dioses se habían olvidado, y aún no había llegado Jesucristo. En ese momento, estaba solo el hombre”. 




martes, 3 de marzo de 2015

Pensamientos de Cicerón (II)

Dedico una segunda entrada a mostrar una selección de aforismos de Cicerón que tratan sobre temas universales como la justicia, la amistad, la moral, la política y la riqueza. Este tipo de sentencias fueron muy utilizadas en la Antigüedad por su valor educativo: su brevedad las hace fácilmente memorizables, al tiempo que proponen un excelente punto de partida para la reflexión ética y filosófica.
   1.   El amigo cierto se halla en los asuntos inciertos.
2.   Planta árboles para que sirvan en otro siglo
3.  Disfruta de lo bueno cuando lo tengas y no te lamentes cuando ya no esté.
4. Por encima de todo, es propio del hombre la búsqueda de la verdad.
5.   El primer deber de la justicia es evitar que un hombre haga daño a otro.
6.   La base de la justicia es la confianza mutua.
7.  Hay dos clases de injusticia: una, la de aquellos que la llevan a cabo; otra, la de quienes pudiendo, no evitan que la padezcan otros.
8. Es posible tanto quitar la vida al padre sin cometer un crimen como es poco probable que se pueda matar a un esclavo sin caer en la injusticia.
9.  La amistad solo puede existir entre hombres buenos.
10. La amistad añade esplendor a la prosperidad y aligera la adversidad.
11. La primera ley de la amistad es ésta: que a los amigos pidamos cosas honradas y por los amigos hagamos sólo cosas honradas.
12.   Nada produce mayor alegría que la buena voluntad recíproca.
13.  No solo es ciega la Fortuna, sino que suele volver ciegos a los que abraza.
14. ¿No deberíamos imitar los campos fértiles, que dan mucho más de lo que reciben?
15.  Cuanto mayor la dificultad, mayor la gloria.
16.  Cuanto más altos estemos, más humildes debemos mostrarnos.
17. Por encima de todo, se ha de decidir qué tipo de persona queremos ser y qué tipo de vida queremos llevar; y éste es el dilema más difícil de todos.
18. Debemos mantener la ira lejos de nosotros, pus airado no hay nada que pueda hacerse rectamente, nada que sea razonable.
19. La casa ha de verse honrada por su dueño, no el dueño por la casa.
20.  La moderación es la ciencia de hacer y decir cada cosa en su lugar.
21. Siempre se ha buscado la igualdad ante la ley, y la ley que no es igual para todos no es tal.
22.  La generosidad no tiene fondo.
23.  El mayor privilegio de la riqueza es la oportunidad que ofrece de hacer el bien.
24. Verdaderamente prefiero un hombre carente de dinero que un dinero al que le falte el hombre.
25.  La primera obligación del que sirve a la administración del estado debe ser que los ciudadanos no sufran ninguna disminución de sus propiedades.
26. La cosa más importante en los cargos públicos es que eviten levantar incluso la sospecha de avaricia.
27. Lucrarse con el estado no sólo es inmoral; es criminal, una infamia.
28. He aprendido de la filosofía que de los males no sólo debe escogerse el menor, si no aún más, extraer cualquier elemento positivo que éste encierre.
29. Nada merece la pena perseguirse por sí mismo excepto lo moralmente correcto.
30. Si la deformidad física despierta cierta aversión, ¡cuánta debería suscitar la deformidad y el horror de un espíritu degradado!

sábado, 7 de febrero de 2015

Educar o fabricar (II): la educación humanística y los valores humanos.



Continúo con una entrada anterior en la que mostré mi rechazo por una educación basada en contenidos “prácticos” para el tiempo presente. A esta pedagogía  utilitarista se opone la formación en valores que debiera caracterizar todo currículo educativo de Humanidades.

El maestro de retórica del siglo I Marco Fabio Quintiliano,del mismo modo que otros pedagogos de la Antigüedad, consideraba que la educación elemental debe servir para formar seres humanos íntegros. Quintiliano buscaba educar a un orador excelente, pero ante todo, a una persona honesta, que supiera servirse éticamente de sus capacidades intelectuales. Para ello a mi parecer es necesario dotar a cualquier programa educativo de una orientación humanística, en la que nunca se pierda de vista que la esencia de toda formación consiste en mejorar a la persona, a través de la adquisición de habilidades pero sobre todo, de actitudes.

Da igual como sea el mundo de hoy o de mañana: aunque la sociedad evolucione por senderos imprevisibles; por mucho que se desarrolle la tecnología; aunque asistamos a descubrimientos fascinantes; aunque la ciencia cambie radicalmente nuestra manera de entender el mundo. Aun así, estaríamos cometiendo un grave error si permitimos que la educación se deshumanice, que pierda  su dimensión formadora en capacidades y valores, que los nuevos saberes y especialidades sepulten los fundamentos de nuestra cultura y conviertan a las personas en herramientas que manejan otras herramientas, en usuarios de máquinas y aplicaciones.


Esto no quita que sea necesario innovar en todos los ámbitos, de poco vale limitarse a imitar lo antiguo sin crear nuevas ideas y abrir otras posibilidades para el progreso. Por tanto, cambiemos en la educación cuanto sea necesario, pero permanezcamos vigilantes para mantener lo esencial. En educación los fines no pueden justificar los medios: no podemos hacer de ella una mercancía, no debemos convertirla en objeto de compra y venta, ni  entenderla únicamente como un recurso para alcanzar objetivos laborales o económicos.