Continúo con una entrada anterior
en la que mostré mi rechazo por una educación basada en contenidos “prácticos”
para el tiempo presente. A esta pedagogía
utilitarista se opone la formación en valores que debiera caracterizar
todo currículo educativo de Humanidades.
El
maestro de retórica del siglo I Marco Fabio Quintiliano,del mismo modo
que otros pedagogos de la Antigüedad, consideraba que la educación elemental debe
servir para formar seres humanos íntegros. Quintiliano buscaba educar a un
orador excelente, pero ante todo, a una persona honesta, que supiera servirse
éticamente de sus capacidades intelectuales. Para ello a mi parecer es
necesario dotar a cualquier programa educativo de una orientación humanística,
en la que nunca se pierda de vista que la esencia de toda formación consiste en
mejorar a la persona, a través de la adquisición de habilidades pero sobre
todo, de actitudes.
Da igual como sea el mundo de hoy
o de mañana: aunque la sociedad evolucione por senderos imprevisibles; por
mucho que se desarrolle la tecnología; aunque asistamos a descubrimientos
fascinantes; aunque la ciencia cambie radicalmente nuestra manera de entender
el mundo. Aun así, estaríamos cometiendo un grave error si permitimos que la educación
se deshumanice, que pierda su dimensión formadora
en capacidades y valores, que los nuevos saberes y especialidades sepulten los
fundamentos de nuestra cultura y conviertan a las personas en herramientas que
manejan otras herramientas, en usuarios de máquinas y aplicaciones.
Esto no quita que sea necesario
innovar en todos los ámbitos, de poco vale limitarse a imitar lo antiguo sin crear
nuevas ideas y abrir otras posibilidades para el progreso. Por tanto, cambiemos
en la educación cuanto sea necesario, pero permanezcamos vigilantes para
mantener lo esencial. En educación los fines no pueden justificar los medios:
no podemos hacer de ella una mercancía, no debemos convertirla en objeto de
compra y venta, ni entenderla únicamente
como un recurso para alcanzar objetivos laborales o económicos.